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No hay cultivos oleaginosos buenos ni malos, solo buenas y malas prácticas
El informe subraya que todos los cultivos oleaginosos, incluidos los aparentemente benignos como el olivo y el coco, pueden tener impactos negativos cuando se producen sin tener en cuenta a las personas ni a la naturaleza. En lugar de demonizar cultivos específicos, la atención debería dirigirse hacia prácticas de producción sostenibles.
"Lo que este informe muestra es que se pueden lograr resultados positivos con todos los cultivos oleaginosos. Con la inversión, la planificación, las políticas y los mejores métodos de producción de cultivos adecuados, las áreas de cultivos oleaginosos pueden ofrecer oportunidades sustanciales para reducir la pérdida de biodiversidad, abordar cuestiones de derechos humanos y restaurar la naturaleza", afirmó el profesor Erik Meijaard , autor principal del informe y copresidente del Grupo de Trabajo sobre Cultivos Oleaginosos de la UICN.
Usando la la palma aceitera como ejemplo, ilustra cómo este cultivo, cuando se maneja en bosques africanos y jardines de aldeas, contrasta marcadamente con su cultivo en monocultivos que reemplazan los bosques asiáticos biodiversos cuando no se adoptan prácticas de sostenibilidad. "No es la palma, sino el contexto en el que se cultiva, lo que determina los impactos", afirmó.
Malika Virah-Sawmy, copresidenta del Grupo de Trabajo sobre Cultivos Oleaginosos de la UICN, cuestiona la narrativa que clasifica ciertos cultivos oleaginosos como inherentemente buenos o malos. En cambio, insta a las partes interesadas a centrarse en las prácticas de producción en lugar de demonizar cultivos específicos.
El informe tiene algunos hallazgos sorprendentes. Las zonas que actualmente cultivan maíz y coco presentan importantes oportunidades para reducir los riesgos de extinción de especies amenazadas. Sin embargo, la concentración de poder en el comercio mundial de cereales, con sólo cuatro empresas controlando entre el 75 y el 95 %, plantea desafíos para las prácticas agrícolas equitativas.
Si bien los impactos de cultivos como la palma aceitera y la soja están bien documentados, otros como el maní y el sésamo siguen sin estudiarse a pesar de su asociación con la conversión de ecosistemas y preocupaciones sobre derechos humanos. Esta falta de datos subraya la importancia de un discurso público documentado para evitar una polarización injustificada.
En un mercado petrolero en rápido crecimiento, comprender las complejidades de la producción es crucial para tomar decisiones sostenibles. El informe tiene como objetivo llenar algunas de las lagunas de conocimiento existentes, reconociendo al mismo tiempo la necesidad de realizar más investigaciones para abordar los puntos ciegos restantes.
El profesor Douglas Sheil dijo que "necesitamos cambiar el enfoque de lo que se planta a cómo se cultiva, comercializa, vende y consume. Este informe es nuestro primer intento de resumir las prácticas, los impactos y los estándares y lo que se puede hacer".
En un mundo donde las decisiones que tomamos afectan a los ecosistemas y las comunidades a nivel mundial, comprender las complejidades de la producción de aceite vegetal es esencial para crear un futuro sostenible. Las personas interesadas deberían descargar el informe gratuito, informarse sobre el complejo mundo de los aceites vegetales y aprender lo que pueden hacer ellos mismos.
El estudio fue financiado de forma independiente por Soremartec SA y Soremartec Italia S.r.l., Grupo Ferrero , y ofrece una descripción general completa de las prácticas, los impactos y los estándares en la producción de aceite vegetal.
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